VÍCTOR MATURANA LEIGHTON
Artista Visual y Profesor
Coordinador del Proyecto
Universidad de Playa Ancha
Corporación Municipal Viña del Mar.
Este es un proyecto que nace como casi todo en la vida, surge repentinamente frente a mis ojos como algo nuevo, a pesar de “saber” que estaba allí, pero aparece y “pude ver” y no sólo mirar “aquello que existía frente a mí”.
Fui invitado a pintar un mural en el frontis de una escuela especial, para mí esto era comenzar una nueva experiencia muralista, de las tantas llevadas a la realidad. Como trabajo de arte colectivo, siempre se producen buenas relaciones con los organizadores y ahí conocí a los apoderados y a sus alumnos especiales… y sobre todo ese mundo nuevo, extraño… que por miedo a lo desconocido, lo mantenía fuera de mi rededor…
En un rincón de esta convivencia siempre estaba trabajando, dibujando, cortando, una chica muy especial, que repentinamente atrapó mi atención por la fuerza que expresaba en las imágenes que realizaba; con sus cinco años de edad mental, dieciocho de edad cronológica y treinta seis de edad física.
Conversando con los colegas sobre este descubrimiento, llegamos a la conclusión que esta niña - joven - adulta, tiene una experiencia visual de dieciocho años y una capacidad de mover los instrumentos de treinta seis y que gracias a su especial condición, la vida no le ha atrofiado la capacidad de comunicarse a través de los lenguajes expresivos; los que no pueden medirse con la pauta de evaluación de la razón, sino del sentimiento y de la expresión.
Para todo artista, la Naturaleza es un modelo de perfección y estos jóvenes son naturaleza pura, gracias a que su síndrome no les permite conectarse con las presiones que impone la Sociedad, para convertirlos en uno más de los modelos establecidos.
Mucho se hace para la integración de ellos, pero creo que hemos vivido una verdadera integración, un encuentro del tercer tipo, donde ellos aprenden de nosotros y nosotros de ellos y no como se da en los establecimientos educacionales, donde terminan siendo extraños porque las diferencias se hacen más notorias. Aceptemos que son Especiales pero no por lástima, si no por su delicada Naturaleza, por su pureza casi angelical. Busquemos nuestras similitudes y no aquello que nos separa de ellos.
Otro gran componente, es el Amor, que surgió en este proceso de aceptación y que envuelve a todos los que participan en este proyecto e incluso irradia a los que visitan esta experiencia. He conocido mejor a mis alumnos monitores, a través de ellos a la juventud del siglo XXI y me llena de esperanza, ver que podrán mejorar lo que le hemos entregado.
Una vez más el Arte, ha transformado esas desconfianzas y los miedos, en una vivencia grupal enriquecedora; que hoy se ha convertido en una brillante realidad y promuevo a que repliquen esta experiencia, que cada institución que trabaja en esta área lo intente para que todos vivan la dicha de compartir la vida a través del Arte.
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